Siémbrame para el mundo
Hazme hábil para
subsistir
Absórbeme y llévame siempre
atreves de ti
Quiero tocar tu pecho y que mis
dedos se introduzcan en tu carne, donde un hueco de tu piel me deje explorarte
un poco más. Asomaré mi rostro por tal espacio, y el leve crujir denotará que
tus costillas como dientes han comenzado a abrirse, y tu corazón hambriento
palpita fuerte y se prepara para devorarme. Quiero sentir cuando tus huesos
firmes y filosos se entierren en mi carne para inmovilizarme. Quiero apreciar
cómo se abre tu tórax y captura mi cuerpo como fauces, y ahí ya mi yugular a tu
alcance es aguijoneada; tu corazón me saborea, me succiona a borbotones, se
regocija mientras su palpitar es más acelerado, y el ritmo se extiende rápido
entre vaivenes corporales. Una danza entre mil máscaras, donde éste y todos los
tiempos me envenenan y tal acto es mi única libertad. Drenado mi cuerpo tus
garras me soltaran, tu torso volverá a tomar una forma normal. Ahí sobre el
suelo quedará mi despojo cerrando el pacto. Y me llevarás siempre en tu corazón
sin saber que no he sido la presa ni tú el cazador.
Adilene Cortés Caballero
No hay comentarios:
Publicar un comentario